La discusión sobre bitcoin volvió a tomar fuerza en Estados Unidos después de que una pequeña escuela de Michigan denunciara que una mina de criptomonedas interrumpe su vida diaria. El conflicto mostró cómo la innovación tecnológica también puede generar impactos inesperados en comunidades que no están preparadas para recibir industrias de alto consumo energético.
La operación, ubicada frente a la Lake Superior Academy, funciona con seis contenedores metálicos llenos de computadoras que minan bitcoin sin descanso. El ruido constante supera los 70 decibeles y afecta a estudiantes y maestros, un problema que llevó a la escuela a frenar su plan de expansión mientras busca soluciones legales.
Impacto de la bitcoin en la comunidad
Los registros públicos conectaron el centro de minería con Michael Carbonara, empresario del sector cripto y candidato republicano en Florida. Su empresa, Odessa LLC, figura como propietaria del sitio. Además, la comunidad afirma que el sonido intenso altera la jornada escolar y presiona a familias que buscan un entorno tranquilo. Por otro lado, la escuela presentó una demanda en junio, lo que provocó una orden judicial temporal que detuvo las operaciones.
Asimismo, otras ciudades en Estados Unidos enfrentan conflictos similares vinculados a la minería de bitcoin.
Preocupación por salud, ruido y litigios pendientes
El caso tomó mayor relevancia cuando se conoció que Carbonara enfrenta otras dos demandas civiles en Florida. Una de ellas involucra a su firma Ibanera y acusa prácticas laborales indebidas, mientras que otra lo señala por retener fondos destinados a un banco bahameño. En consecuencia, su campaña política quedó bajo escrutinio, especialmente porque él presenta su candidatura como un proyecto de innovación.
Las autoridades locales en Michigan estudian reglas más estrictas para controlar operaciones de este tipo. Estudios recientes también señalan que la exposición prolongada a ruido industrial puede afectar la concentración en niños, un punto que la escuela destacó ante el juez.
El Departamento de Salud de Michigan registró que el ruido promedio en la zona alcanzó niveles que superan los estándares recomendados para entornos educativos, un dato que reforzó la denuncia y amplió el debate sobre la minería digital.
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