Gráfico ilustrado del oso negro en Florida mostrando descenso poblacional y contexto ambiental del estado
Declive del oso negro en Florida impulsa debate sobre cacería

Declive del oso negro en Florida impulsa debate sobre cacería

La conversación sobre conservación en Estados Unidos cambia cuando los datos oficiales revelan un giro inesperado. En Florida, la nueva información sobre el oso negro abre un momento decisivo para evaluar cómo se toman decisiones públicas en temas de fauna y manejo ambiental. La tensión crece porque el debate ocurre justo antes de una cacería estatal programada para diciembre.

Un informe preliminar de la Florida Fish and Wildlife Commission muestra que la población de osos en la región de Osceola experimentó una caída pronunciada durante la última década. Esa zona, ubicada entre Tallahassee, Jacksonville y Gainesville, funciona como referencia para entender tendencias en todo el estado.

El declive del oso negro cuestiona la cacería

Los investigadores registraron un descenso que va de 500 a 167 ejemplares, una señal que activó alertas entre organizaciones ambientales. Además, esta disminución ocurre en un territorio con bosques amplios y menor desarrollo urbano, lo que refuerza la preocupación sobre unidades más fragmentadas.

En consecuencia, activistas y especialistas advierten que la cacería aprobada en agosto podría basarse en modelos desactualizados. La FWC autorizó 187 permisos para capturar osos negros entre el 6 y el 28 de diciembre, y más de 12 mil personas solicitaron participar. También la modalidad generó debate, ya que permite cacería con perros, señuelos y arcos.

Por otro lado, la agencia estatal argumenta que los encuentros entre humanos y osos aumentaron en años recientes, y que el control poblacional reduciría incidentes. Sin embargo, los datos divulgados indican que el panorama podría ser más vulnerable de lo previsto.

Impacto en encuentros y gestión comunitaria

Expertos en conservación aseguran que, aun con cacería, las interacciones con osos deben gestionarse mediante educación y prevención. Del mismo modo, señalan la utilidad de contenedores resistentes, eliminación de atrayentes en viviendas y orientación vecinal. En consecuencia, estas medidas podrían influir más que la cacería en la reducción de riesgos.

El último registro disponible señala que la densidad de osos cayó de 0.12 a 0.04 ejemplares por kilómetro cuadrado, un indicador que no aparecía en el debate público previo a la aprobación del programa estatal. Esa diferencia numérica transforma la conversación y plantea la necesidad de actualizar las evaluaciones en otras zonas del estado antes de aplicar estrategias permanentes.

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