La escena de Miss Universo en Tailandia volvió a mostrar que una corona puede revelar tensiones más profundas que una simple competencia. La coronación de Fátima Bosch, representante de México, abrió un debate que atraviesa públicos en Estados Unidos, Asia y América Latina, donde el certamen sigue siendo un símbolo cultural de alto impacto.
Durante noviembre, un organizador tailandés humilló a Bosch frente a decenas de participantes por no publicar contenido promocional. Ella respondió con un retiro inmediato del evento y varias concursantes la acompañaron. Ese instante marcó un punto de quiebre que expuso fallas de liderazgo en Miss Universo y mostró cómo la presión de la audiencia digital acelera cualquier conflicto.
Miss Universo enfrenta cuestionamientos internos
La polémica creció cuando dos jueces renunciaron días después y uno acusó al certamen de manipular la selección de finalistas. La organización negó esas acusaciones, aunque la conversación global continuó escalando. Además, la caída de Miss Jamaica durante la ronda preliminar se viralizó en minutos y añadió tensión a un certamen que ya caminaba sobre terreno inestable.
Por otro lado, líderes políticos también intervinieron. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum describió a Bosch como un ejemplo de firmeza ante la agresión. El propio organizador tailandés publicó mensajes ambiguos tras la coronación, lo que intensificó la percepción de una edición marcada por silencios incómodos.
Un certamen dividido entre Bangkok y México
La estructura directiva de Miss Universo atraviesa una transición complicada entre su operación en Tailandia y su administración en México. La quiebra de JKN en 2023 agravó la descoordinación y abrió disputas sobre objetivos, estilos y control del certamen. Además, la competencia intenta reconfigurarse para un público que privilegia TikTok e Instagram, donde las reinas influyen más por contenido comercial que por apariciones televisivas.
El certamen suma 74 ediciones desde 1952 y mantiene audiencias en descenso. La edición reciente dejó otro dato relevante: la disputa entre propietarios tailandeses y mexicanos influye directamente en la estabilidad de Miss Universo, aun cuando el público observa un espectáculo que promete glamour, pero refleja tensiones estructurales.






