Las decisiones presidenciales en Estados Unidos suelen mover mercados y reforzar alianzas, pero también pueden abrir interrogantes cuando convergen con gestos que superan el terreno simbólico. El reciente ingreso de un lujoso reloj Rolex y un lingote de oro al escritorio de Donald Trump activó un debate nacional por su posible vínculo con intereses extranjeros.
Las piezas fueron entregadas durante una reunión en la Casa Blanca con ejecutivos suizos que buscaban reducir un arancel del 39 por ciento aplicado a sus exportaciones. Días después del encuentro, Washington anunció un recorte que llevó esa tarifa al 15 por ciento, lo que encendió dudas sobre un eventual quid pro quo.
Regalos a Trump y riesgos de influencia externa
El reloj y el lingote llegaron acompañados de una carta que hablaba de amistad entre naciones. Sin embargo, expertos jurídicos recordaron que la normativa federal exige declarar todo obsequio diplomático de alto valor. Además, organizaciones civiles advirtieron que el lingote registrado supera con amplitud los límites permitidos en regalos provenientes de gobiernos o figuras vinculadas a ellos.
Los cuestionamientos crecieron porque reportes previos señalaban que Trump no informó más de 100 obsequios recibidos durante su primer mandato. Entre los objetos había espadas de Arabia Saudita, palos de golf de Japón y un retrato enviado desde El Salvador.
Debate político en torno a los regalos entregados
La polémica avanzó hacia el Congreso, donde legisladores demócratas exigieron claridad sobre la relación entre los regalos y las decisiones comerciales. Además, señalaron que los obsequios entregados en contextos diplomáticos no pueden permanecer en manos del presidente si superan los 480 dólares.
Por otro lado, analistas apuntaron que este caso revive una discusión más amplia sobre la influencia privada en la política exterior estadounidense. Asimismo, advirtieron que el valor estimado del lingote supera los 130,000 euros, cifra que intensifica la preocupación por posibles conflictos de interés.
El debate tomó mayor fuerza al vincularse con acuerdos arancelarios recientes, cuya reducción favoreció a empresas suizas en un momento de presión económica global. Además, medios especializados retomaron que la valoración total de los regalos no reportados durante la primera administración alcanzaría los 291,000 dólares.
