La indignación creció en Florida cuando activistas denunciaron operativos migratorios que afectan directamente a comunidades locales. En Lake Worth Beach, el reclamo tomó forma en calles, edificios públicos y espacios comunitarios, donde residentes exigieron frenar prácticas que consideran abusivas por parte de ICE.
La protesta se desarrolló en Florida y partió desde el Guatemalan Maya Center, una organización comunitaria que denunció detenciones calificadas como secuestros. Decenas de carteles negros aparecieron en distintos puntos de la ciudad para visibilizar lo que activistas describen como desapariciones forzadas de migrantes, con apoyo de cuerpos policiales locales.
Además, los organizadores señalaron que estas acciones han generado miedo constante en familias de estatus migratorio mixto. El ambiente de incertidumbre se refleja en la vida cotidiana, especialmente entre niños que evitan asistir a la escuela por temor a no volver a ver a sus padres.
ICE intensifica operativos con apoyo de policías locales
El foco de las críticas apunta a los acuerdos de colaboración entre ICE y agencias estatales bajo el programa 287(g). En Florida, más de 200 corporaciones policiales participan en este esquema, lo que ha incrementado significativamente las detenciones migratorias diarias.
Asimismo, datos recientes muestran que los arrestos realizados por ICE en el estado se triplicaron frente a los registros de 2024. Esta dinámica refuerza la percepción de una ofensiva migratoria más amplia, promovida desde el ámbito político estatal y federal.
Por otro lado, líderes comunitarios denunciaron que ICE ejecuta arrestos colaterales, incluso contra personas sin antecedentes penales. Esta práctica, aseguran, erosiona la confianza construida durante años entre la policía local y la comunidad migrante.
Comunidades alertan sobre perfilamiento racial y rupturas familiares
Activistas y defensores legales advirtieron que los operativos de ICE están acompañados por un aumento del perfilamiento racial. Casos documentados en el condado de Palm Beach incluyen la detención de ciudadanos estadounidenses y residentes con permisos de trabajo vigentes.
La dimensión del problema se refleja en cifras nacionales, ya que cerca de 11 millones de migrantes indocumentados viven en el país y Florida concentra aproximadamente 590.000, lo que la coloca entre los estados con mayor población afectada por estas acciones.
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