El obispo de Miami, Thomas Wenski, encabezó un llamado de líderes católicos de Florida para solicitar al gobierno federal una pausa temporal en la aplicación de medidas migratorias durante la temporada navideña, con el objetivo de permitir que las familias celebren sin miedo a detenciones o redadas.
Ocho integrantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Florida firmaron una carta dirigida al presidente Donald Trump y al gobernador Ron DeSantis. En el documento, los obispos sostienen que el gobierno ya cumplió su meta de reforzar la frontera y remover a criminales peligrosos, pero advierten que las acciones actuales afectan a personas sin antecedentes penales y a migrantes con estatus legal.
Obispo de Miami apela a la dignidad humana en Navidad
El obispo Thomas Wenski aclaró que la petición no busca revertir la política migratoria, sino establecer una suspensión limitada durante las fiestas. Señaló que muchas familias viven paralizadas por el temor en un periodo que debería estar marcado por la paz y la convivencia.
Durante una conferencia de prensa, Wenski recordó que la Navidad se fundamenta en la compasión y la dignidad humana. Comparó la situación actual de miles de migrantes con el relato bíblico del nacimiento de Jesús, quien nació en un establo por falta de lugar. Subrayó que la aplicación de la ley puede realizarse respetando el debido proceso y la humanidad de todas las personas involucradas.
Respaldo religioso y respuesta del gobierno
El pronunciamiento se suma a expresiones similares de iglesias en distintas partes del país, donde congregaciones han instalado nacimientos que representan a la Sagrada Familia como refugiados modernos. En otros templos, mensajes simbólicos denuncian la presencia de operativos migratorios durante fechas religiosas.
El papa León XIV ha respaldado este enfoque al pedir un trato humano hacia los migrantes, incluso cuando se encuentren en situación irregular, recordando que existen tribunales y mecanismos legales para resolver estos casos.
Desde la Casa Blanca, una portavoz reiteró que la política de control migratorio continuará, al señalar que el presidente fue elegido con la promesa de deportar a inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
El debate sobre la política migratoria en Florida se intensifica mientras líderes religiosos y autoridades mantienen posturas opuestas sobre seguridad y derechos humanos.






