La geografía de México no solo lo convierte en un país rico en biodiversidad, también lo posiciona como uno de los territorios más privilegiados del mundo para observar eventos astronómicos. Ya sea desde el desierto de Sonora, la Riviera Maya o las sierras del sur, el 2026 promete un calendario de fenómenos celestes que cautivarán tanto a expertos como a quienes apenas comienzan a mirar las estrellas.
El primer gran espectáculo será el eclipse total de sol del 12 de agosto, visible desde estados como Baja California, Sonora, Sinaloa, Durango y Coahuila. En algunos puntos, la oscuridad durará más de cuatro minutos, ofreciendo una experiencia sensorial sin igual. Los especialistas ya recomiendan planear el viaje con anticipación para aprovechar los sitios más despejados, como la zona de Mazatlán, que promete vistas inmejorables.
Eventos celestes en México: entre ciencia y cultura
Además del eclipse solar, México será testigo de una serie de lluvias de meteoros como las Perseidas en agosto y las Gemínidas en diciembre. Estos eventos, visibles a simple vista en cielos oscuros y sin contaminación lumínica, ofrecen una conexión íntima con el cosmos que trasciende la ciencia. Muchos observadores aprovechan estas fechas para reflexionar, reconectar o incluso emprender experiencias turísticas sustentables en zonas rurales.
Por otro lado, el equinoccio de primavera en Chichén Itzá, que ocurre cada marzo, volverá a convocar a miles de personas que buscan presenciar la serpiente de luz descendiendo por El Castillo. Esta fusión de astronomía, espiritualidad y patrimonio convierte cada evento astronómico en México en una vivencia cultural única.
Cerrando el año, el 21 de diciembre se producirá la noche más larga en el hemisferio norte. Ese mismo día, en zonas como la Sierra Gorda, será posible observar el centro galáctico con una nitidez excepcional, gracias a la baja contaminación lumínica y la altitud de la región.
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