El proceso penal contra Luigi Mangione entra en una fase decisiva en Estados Unidos, donde la legalidad de un registro policial concentra la atención judicial y mediática. El caso se desarrolla en Manhattan y gira en torno al asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, un hecho que sacudió al sector corporativo y al sistema de justicia.
Además, el debate actual no se centra en los cargos, sino en la admisión de pruebas obtenidas durante la detención del acusado en Pensilvania. La defensa sostiene que la policía vulneró garantías constitucionales al revisar la mochila de Mangione sin una orden judicial previa.
Registro policial bajo escrutinio judicial
Durante la audiencia, el juez Gregory Carro escuchó el testimonio del oficial Stephen Fox, quien defendió el procedimiento como un registro incidental al arresto. El agente afirmó que actuó por razones de seguridad, ante el temor de que la mochila ocultara un arma. Sin embargo, reconoció que no solicitó autorización judicial antes de inspeccionarla.
Asimismo, las grabaciones de la cámara corporal muestran el momento en que los agentes hallaron un cargador y otros objetos que vinculan a Mangione con el crimen. La defensa cuestiona la rapidez con la que la policía leyó los derechos Miranda y ejecutó la detención formal.
Las pruebas que pueden definir el juicio de Luigi Mangione
La fiscalía atribuye relevancia central a los objetos incautados, entre ellos un arma de fuego, un silenciador, documentos falsos y notas manuscritas con rutas de escape. Estos elementos refuerzan la teoría acusatoria y sostienen la imputación principal.
Por otro lado, la defensa advierte que admitir estas pruebas podría sentar un precedente delicado sobre los límites del accionar policial.
El proceso incluyó declaraciones de casi una docena de testigos y una orden judicial para divulgar videos y audios relacionados con la detención. La decisión del juez sobre la evidencia marcará el rumbo del juicio y podría influir en procesos similares a nivel federal.
