Caminar por las calles de Miami o Tampa ahora tiene un nuevo matiz. En supermercados, centros comerciales y gasolineras, los residentes pueden portar armas de fuego a la vista, luego de que la Corte de Apelaciones de Florida declarara inconstitucional la prohibición vigente desde 1987. La medida, activa desde el 25 de septiembre, ha generado confusión y debate entre empresas y ciudadanos.
Durante décadas, el estado permitió portar armas solo de forma oculta o con permisos específicos. Hoy, con la entrada del open carry, los floridanos viven un cambio cultural que mezcla derechos constitucionales con la gestión de la seguridad pública. Los videos en redes sociales de personas armadas en entornos cotidianos —como motociclistas con pistolas Draco o compradores con rifles semiautomáticos— se multiplican, evidenciando la rápida adaptación a la nueva ley.
Open carry y responsabilidad empresarial
El impacto no se limita a las calles. Empresas y cadenas locales enfrentan decisiones que trascienden lo legal y se adentran en lo reputacional. Publix, una de las mayores cadenas de supermercados de Florida, decidió permitir la portación abierta de armas dentro de sus tiendas, mientras otros negocios optaron por mantener la prohibición. En consecuencia, la política de cada marca se ha convertido en una declaración pública sobre valores, identidad y percepción social.
La legislación mantiene restricciones claras: sigue prohibido portar armas en escuelas, estadios, bares, juzgados o eventos gubernamentales. Sin embargo, la interpretación y aplicación práctica de estas reglas aún se está definiendo.
Por otro lado, el fiscal general James Uthmeier ha recordado que los derechos conllevan deberes. La portación abierta exige responsabilidad y educación cívica, factores esenciales para mantener la convivencia en espacios compartidos. El equilibrio entre libertad individual y seguridad colectiva se perfila como uno de los grandes debates sociales de los próximos meses.
Un dato clave: Florida reporta más de 2.6 millones de licencias activas de portación, una cifra que refleja la magnitud del fenómeno y el desafío institucional que implica.