El Caribe se prepara para uno de los eventos climáticos más intensos de los últimos años. El huracán Melissa, que se formó hace una semana en el mar Caribe, alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, la máxima posible. El fenómeno avanza hacia Jamaica con vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora y amenaza con provocar daños devastadores en su paso por la región.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) informó que el sistema se encuentra a unas 200 millas al sur de Kingston, la capital jamaicana. El gobierno del primer ministro Andrew Holness ordenó evacuaciones inmediatas en zonas costeras y comunidades vulnerables, además de habilitar los 881 refugios disponibles en toda la isla.
Huracán Melissa: impacto regional y amenaza histórica
Antes de acercarse a Jamaica, Melissa dejó un rastro de destrucción en varios países del Caribe. En Haití se reportan al menos cuatro muertos y quince heridos, mientras que en República Dominicana una persona perdió la vida y más de 200 viviendas resultaron dañadas. Las autoridades dominicanas informaron que 28 localidades permanecen incomunicadas y que más de un millón de personas se quedaron sin acceso a agua potable debido al colapso de decenas de acueductos.
En Cuba, el NHC localizó el ojo del huracán a unas 315 millas de Guantánamo. Los modelos meteorológicos prevén que el ciclón gire lentamente hacia el noroeste y luego al norte antes de dirigirse al noreste, trayendo consigo marejadas, lluvias intensas e inundaciones en la región oriental de la isla.
Melissa ha mostrado una rápida intensificación durante el fin de semana. El NHC explicó que una reducción en la cizalladura del viento permitió su fortalecimiento acelerado y la formación de un sistema de bandas nubosas bien organizadas. Con estas condiciones, el huracán podría convertirse en el más poderoso en la historia reciente de Jamaica.






