Montaje fotográfico de Eduardo Margolis Sobol y Claudia Sheinbaum frente a las banderas de México y Estados Unidos, simbolizando los señalamientos sobre su presunto parentesco y la influencia del empresario en temas de seguridad.
La polémica conexión familiar entre Eduardo Margolis y Claudia Sheinbaum

La polémica conexión familiar entre Eduardo Margolis y Claudia Sheinbaum

Eduardo Cuauhtémoc Margolis Sobol, un influyente empresario de la comunidad judía, ha sido señalado como primo de la presidenta Claudia Sheinbaum. Este presunto lazo familiar, difundido en una investigación periodística a cargo de Guadalupe Lizárraga, despierta interrogantes sobre posible nepotismo y la influencia de Margolis en el círculo de seguridad del actual gobierno.

Eduardo Margolis Sobol es conocido en México como empresario de la comunidad judía y experto en seguridad. Su figura cobró notoriedad en casos de alto impacto, atrayendo la atención mediática y el escrutinio de las autoridades. Ha mantenido conexiones influyentes en círculos políticos y policiacos. La reciente revocación de su visa estadounidense y varias indagatorias han reavivado viejos señalamientos en su contra.

Empresario judío entre negocios y seguridad

Margolis participa en rubros que van desde la restauración hasta el blindaje automotriz. Es dueño de la cadena de restaurantes Matisse y de la empresa de blindajes EPEL, esta última proveedora de instancias gubernamentales en materia de seguridad. También fue accionista de la comercializadora CV Directo y es fundador de la asociación civil Kadima, dedicada a la inclusión de personas con discapacidad en la comunidad judía.

En cifras duras, la influencia de Margolis se refleja en sus negocios con el gobierno. Su compañía Blindajes EPEL obtuvo al menos 55 contratos públicos entre 2019 y 2024, por un monto conjunto superior a 445 millones de pesos, según lo publicado por Guadalupe Lizárraga en Los Ángeles Press.

La faceta de Margolis como experto en seguridad está bien documentada. En enero de 2019 se incorporó como consejero de Seguridad Pública del municipio de Huixquilucan, Estado de México. Políticos como Enrique Vargas del Villar, exalcalde de Huixquilucan, elogiaron su experiencia: “es de los hombres que más saben de seguridad”, declaró Vargas al presentarlo oficialmente en el cargo.

Dentro de la comunidad judía, Margolis se reconoce por su rol protector. Ha ganado el apodo de “El Gólem”, en alusión al legendario guardián del folclore hebreo. Su historial alimenta esa fama: según reportes, él y su equipo habrían participado en la resolución silenciosa de más de 400 secuestros en México. Esa labor como “cazador” de criminales le otorgó prestigio e influencia, a la par que generó recelos por sus métodos poco convencionales.

Señalamientos de parentesco entre Eduardo Margolis y Claudia Sheinbaum

La posible relación familiar entre Eduardo Margolis y Claudia Sheinbaum surgió al calor de una investigación periodística independiente. A mediados de 2025, la reportera Guadalupe Lizárraga publicó en Los Ángeles Press información que vinculaba al empresario con maniobras en casos judiciales de alto perfil y, además, sugería su cercanía con la entonces jefa de Gobierno.

En ese reportaje se llegó a afirmar que Margolis sería primo de Sheinbaum y que habría fungido extraoficialmente como asesor en seguridad dentro de su administración.

Desde la oposición se insinuó que Sheinbaum pudo haber favorecido a Margolis por lazos familiares y religiosos. Al ser cuestionada, la mandataria capitalina confirmó públicamente que el empresario está bajo investigación de las autoridades federales, pero guardó silencio sobre cualquier parentesco, evitando validar los rumores.

Por su parte, Eduardo Margolis ha refutado tener injerencia indebida en el caso Cassez-Vallarta y sostiene que su papel se limitó a compartir a las autoridades información sobre el sospechoso Israel Vallarta.

La narrativa del “primo incómodo” evidencia, además, tintes delicados. Algunos detractores de Sheinbaum han adoptado un discurso que equipara a los miembros de la comunidad judía con una supuesta red de poder oculta, insinuando que “todos están relacionados y son peligrosos”.

Esta campaña de difamación por origen étnico ha sido comparada con la retórica de “bad hombres” que utilizó Donald Trump para estigmatizar a migrantes mexicanos. El trasfondo prejuicioso de estas acusaciones ha generado amplio rechazo, por el riesgo de mezclar conspiracionismo antisemita con el debate político.