México empieza noviembre con una señal alentadora: la inflación general mostró una nueva desaceleración y se ubicó en 3.57 por ciento durante octubre, su menor nivel en seis meses. Este respiro se produce en un contexto de persistente cautela económica, pero también de una renovada confianza en el rumbo que está tomando la economía mexicana.
El dato, publicado el 7 de noviembre, refleja no solo una baja frente al 4.45 por ciento registrado en septiembre, sino también un paso firme hacia la meta del Banco de México. La inflación subyacente que excluye precios volátiles como energía y alimentos frescos, aunque más persistente, también disminuyó por noveno mes consecutivo y cerró en 5.5 por ciento. Esta trayectoria descendente fortalece las expectativas de estabilidad.
Estabilidad en inflación impulsa perspectivas de negocios
La inflación no es solo un tema técnico, impacta la vida diaria y también el dinamismo de los negocios. Menores presiones inflacionarias abren espacio para una eventual baja en tasas de interés, lo que podría reactivar el crédito y fortalecer sectores clave como el emprendimiento y la innovación.
En ciudades como Miami, donde una nutrida comunidad hispana mantiene lazos económicos y culturales con México, esta noticia genera particular atención. La desaceleración inflacionaria es una señal de que el entorno para inversiones y alianzas puede volverse más favorable en el corto plazo.
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