Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá se detuvieron abruptamente tras una nueva decisión del presidente Donald Trump, quien anunció el cierre inmediato del diálogo bilateral. El mandatario reaccionó al uso no autorizado de un discurso de Ronald Reagan en un anuncio del gobierno de Ontario, calificándolo como “fraudulento” y “fuera de contexto”. El gesto encendió nuevamente las tensiones entre dos de las economías más integradas del mundo.
Trump argumentó que el anuncio buscaba influir en decisiones judiciales en su país y defendió los aranceles como una herramienta clave para proteger la seguridad económica estadounidense. Con ello, ordenó terminar todas las negociaciones comerciales con Canadá, un paso que genera preocupación en los mercados por sus posibles efectos en la cadena de suministro norteamericana.
Negociaciones comerciales y efectos en la economía regional
La suspensión de las negociaciones comerciales impacta directamente en sectores estratégicos como el acero, el aluminio y la industria automotriz. Canadá es el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos, con intercambios superiores a 411.000 millones de dólares anuales. Sin embargo, los aranceles impuestos por Washington han incrementado costos y afectado empleos en territorio canadiense.
El primer ministro Mark Carney intenta reducir esa dependencia. Antes del anuncio de Trump, había presentado un plan para diversificar las exportaciones y duplicar en diez años las ventas hacia otros mercados. Mientras tanto, el ministro de Comercio Dominic LeBlanc aseguró que las conversaciones previas con la Casa Blanca habían sido “positivas”, lo que hace más inesperada la ruptura.
Para expertos como Jack Buffington, de la Universidad de Denver, esta pausa amenaza la estabilidad regional. “Norteamérica necesita cooperación para enfrentar los desafíos globales”, afirmó.






