Los cambios recientes en el manejo de fauna marina en Estados Unidos marcan un nuevo capítulo para cuatro delfines trasladados desde Miami tras el cierre del histórico Seaquarium. La reubicación confirma un giro en la forma en que el país gestiona animales que han pasado toda su vida en cautiverio.
Aries, Onyx, Ripley y Zo llegaron a Dolphin Life, en los Cayos de Florida, donde iniciaron una etapa diseñada para ofrecer condiciones más naturales y estabilidad social. Además, el traslado refleja un esfuerzo coordinado para garantizar su bienestar en instalaciones especializadas.
Adaptación de los delfines a un entorno natural
El centro Dolphin Life albergará a los cuatro machos en una laguna de agua salada conectada con mareas oceánicas. De igual manera, el equipo decidió mantenerlos juntos para preservar vínculos formados durante años de convivencia.
El caso que más atención ha recibido es el de Aries, un ejemplar ciego que depende de Onyx como guía. También intervienen entrenadores que trabajaron con ellos en Miami, lo que facilita la transición y reduce el estrés del nuevo entorno.
Nuevas responsabilidades para Dolphin Life
La organización, que opera sin fines de lucro, ahora afronta mayores costos de alimentación, atención veterinaria y cuidados geriátricos debido a la edad de los delfines. En consecuencia, el centro busca apoyo para sostener sus programas de rescate y rehabilitación, incluida una piscina recién construida para atender varamientos de mamíferos marinos en la región.
El traslado también subraya la necesidad de contar con infraestructura especializada. Dolphin Life mantiene licencias federales que permiten recibir animales varados y trabajar en su recuperación, reforzando su papel en la protección marina del sur de Florida.
Estos cuatro delfines se suman a los seis residentes del lugar. Todos dependen de cuidados humanos, y su llegada coincide con el aumento de solicitudes de rehabilitación registradas por la instalación en el último trimestre.






