Florida atraviesa un momento de contradicción. Mientras continúa atrayendo nuevos habitantes y empresas, casi la mitad de sus residentes actuales contempla dejar el estado por el alto costo de vida, según una encuesta reciente de la Florida Atlantic University (FAU).
El 49,6 % de los encuestados afirmó estar considerando mudarse, y uno de cada cuatro lo hace “seriamente”. Este dato revela una creciente tensión entre la prosperidad que proyecta el estado y la presión económica que viven miles de familias.
Un paraíso que se encarece cada día
La inflación y la vivienda concentran las mayores preocupaciones. Nueve de cada diez residentes temen el impacto de la inflación y ocho de cada diez se sienten inquietos por el aumento de los precios inmobiliarios. Casi la mitad de los floridanos afirma vivir “de salario en salario”, sin margen para ahorrar.
Además, el 79 % considera que comprar una casa hoy es más difícil que hace cinco años. Los precios elevados, las tasas de interés y los enganches son los principales obstáculos para lograrlo.
Aun así, la fe en el futuro persiste. El 53 % de los residentes todavía cree en el llamado sueño americano, lo que demuestra que el optimismo convive con la frustración.
Florida entre la atracción y el desgaste
El estado sigue siendo uno de los destinos más atractivos del país. De 2023 a 2024, sumó más de 467 mil nuevos habitantes, principalmente de Nueva York, Illinois y California. Sin embargo, ese crecimiento acelerado disparó los alquileres, que subieron en promedio 500 dólares hasta alcanzar una media mensual de 1.719 dólares.
Florida, símbolo del éxito económico pospandemia, enfrenta ahora un desafío estructural: equilibrar su auge poblacional con la necesidad de preservar la calidad de vida de quienes la llaman hogar.
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