La figura de Joaquín Guzmán López marca otro capítulo decisivo en Estados Unidos tras su decisión de declararse culpable en un caso federal que vuelve a sacudir al cartel de Sinaloa y a las autoridades que siguen su rastro. El proceso revela cómo una generación de líderes criminales busca reposicionarse en un escenario legal más estricto y bajo mayor observación internacional.
La declaración de culpabilidad en Chicago cambia el rumbo del caso. El hijo de Joaquín El Chapo Guzmán aceptó haber participado en actividades de narcotráfico y en la estructura conocida como Los Chapitos. Además, reconoció que engañó a Ismael El Mayo Zambada en un intento de obtener indulgencias del gobierno estadounidense.
Avances judiciales sobre Joaquín Guzmán López
El expediente incluye delitos vinculados al tráfico de drogas, lavado de dinero y uso de armas de fuego. Guzmán López había mantenido una postura de inocencia desde su captura en Texas en julio de 2024, pero su cambio de estrategia abre un nuevo escenario en el que la cooperación juega un papel central.
Estados Unidos mantiene activa su presión contra Los Chapitos. El caso llega meses después de que su hermano Ovidio Guzmán aceptara cargos similares en Nueva York. La disputa interna por el control del cartel tras el arresto de líderes históricos también alimenta un clima de violencia que no ha cesado en México.
Por otro lado, fiscales estadounidenses señalaron que la colaboración de Guzmán López podría derivar en una recomendación de condena menor a la cadena perpetua que correspondería a sus delitos. La admisión también incluye detalles sobre el secuestro de Zambada, una maniobra que aceleró las fracturas dentro del cartel.
Cooperación, violencia y un caso con impacto internacional
La guerra interna entre facciones ha dejado más de mil muertos y cerca de mil cuatrocientos desaparecidos en México, según cifras oficiales recientes. En consecuencia, Washington mantiene su postura de responsabilizar al cartel de Sinaloa por la introducción de fentanilo en territorio estadounidense, donde la crisis por sobredosis sigue en aumento.
El impacto judicial avanza mientras Zambada, de 77 años, permanece detenido y la estructura criminal enfrenta uno de sus momentos más fragmentados. Datos oficiales indican que las disputas por liderazgo continúan generando enfrentamientos en varias regiones mexicanas, reforzando el interés de las autoridades estadounidenses por acelerar procesos y sostener investigaciones abiertas.






