Las lluvias intensas que azotaron México durante los últimos días dejaron al menos 47 personas muertas y decenas de comunidades afectadas por inundaciones, deslaves y colapsos. El fenómeno fue provocado por los ciclones tropicales Raymond y Priscilla, junto con una perturbación atmosférica denominada 90-E.
Las precipitaciones, calificadas por las autoridades como “extraordinarias”, afectaron principalmente a los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo. Estas tres regiones comparten la Sierra Madre Oriental, donde los derrumbes bloquearon caminos y dejaron incomunicados a varios municipios.
El Gobierno mexicano informó que las labores de rescate y asistencia se aceleran con el apoyo del Ejército y cuerpos civiles. “Se intensifican los esfuerzos de ayuda y recuperación en las zonas afectadas”, señaló la Secretaría de Seguridad en un comunicado.
Gobierno federal refuerza operaciones en Veracruz y Puebla
La presidenta Claudia Sheinbaum visitó el domingo las zonas más golpeadas de Veracruz y Puebla para evaluar los daños. Durante su recorrido, explicó que se establecieron puentes aéreos para llevar alimentos, agua y medicinas a comunidades aisladas. “Varias localidades siguen incomunicadas, pero ya se logró enviar ayuda y atención médica”, detalló.
El reporte oficial indica que los equipos de emergencia aprovecharon la disminución de nubosidad para ampliar las operaciones aéreas y terrestres. Sin embargo, las autoridades advierten que muchas carreteras continúan bloqueadas por deslaves y lodo, lo que retrasa la entrega de suministros.
En los municipios más afectados, algunos residentes caminan varios kilómetros en busca de víveres y medicinas. También se reportaron casos de comerciantes que incrementaron los precios ante la escasez de productos básicos.
Por otro lado, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Coordinación Nacional de Protección Civil confirmaron que trabajan junto con gobiernos estatales para restablecer caminos y el servicio eléctrico lo antes posible.