Las calles de Ciudad de México volvieron a llenarse de voces, pancartas y símbolos que recordaron la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Once años después, miles de personas caminaron en una jornada marcada por la exigencia de justicia y la fuerza de la memoria.
Familiares, estudiantes y colectivos sociales se unieron en una movilización que reafirma la vigencia de una herida abierta en la sociedad mexicana. Además, la marcha mostró cómo las nuevas generaciones adoptan la causa como parte de su identidad cívica, multiplicando el alcance de la protesta.
El recorrido avanzó desde puntos emblemáticos hacia el Zócalo capitalino, donde se colocaron imágenes y mantas que mantienen vivo el reclamo. Por otro lado, artistas, organizaciones y ciudadanos participaron con expresiones culturales que reforzaron el mensaje de esperanza y persistencia.
Justicia y memoria en el centro del movimiento
El aniversario no solo rindió homenaje a los jóvenes desaparecidos, también evidenció la resiliencia de un movimiento que se rehúsa al silencio. Asimismo, la jornada subrayó la urgencia de respuestas claras y avances reales en las investigaciones.
En consecuencia, la movilización dejó claro que la memoria colectiva se mantiene como motor de acción social en México. De igual manera, reafirmó la capacidad de la ciudadanía para sostener una agenda que exige resultados y mantiene vivo el compromiso con los derechos humanos.
Los datos más recientes confirman que México continúa entre los países de la región con mayor número de personas desaparecidas, superando las 100 mil denuncias acumuladas en registros oficiales.