El juego volvió a transformarse en espectáculo en Estados Unidos cuando Miami celebró el primer título de su historia con Messi como eje creativo. La ciudad vivió una noche que confirmó por qué el fútbol estadounidense apuesta cada vez más por figuras mundiales capaces de cambiarlo todo.
El duelo contra Vancouver se convirtió en un escenario ideal para que el argentino mostrara liderazgo, visión y una influencia deportiva que sigue vigente. Además, Miami aprovechó el impulso emocional del cierre de ciclo de Sergio Busquets y Jordi Alba, quienes disputaron su último partido profesional.
Messi y un protagonismo que define eras
Messi no marcó, pero dominó cada tramo del encuentro. Su participación abrió el partido con una jugada que terminó en autogol de Ocampo y también fue decisiva cuando Vancouver empató. En consecuencia, el argentino recuperó el balón en una acción clave y asistió a Rodrigo De Paul para devolverle la ventaja a Miami.
De igual manera, el estadio estalló cuando Messi habilitó a Tadeo Allende para sentenciar el título en tiempo agregado. Con este logro, el capitán sumó una nueva liga a su colección tras conquistar torneos en España y Francia.
Un cierre memorable para la generación que marcó a Inter Miami
Busquets y Alba finalizaron sus carreras en una celebración que emocionó a aficionados y directivos. Por otro lado, el club aguardará definiciones sobre el futuro de Luis Suárez mientras inicia una nueva etapa con figuras que tomarán la posta en su nuevo estadio.
Un informe reciente en Estados Unidos proyectó que franquicias con estrellas globales incrementan asistencia y consumo en más del veinte por ciento en meses posteriores a la llegada de estos jugadores, un impacto que Miami ya experimenta.






