La diplomacia internacional abrió un nuevo capítulo en el sur de Estados Unidos. Miami alberga conversaciones impulsadas por Washington entre Ucrania y Rusia, una iniciativa confirmada por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en medio de una guerra que sigue escalando en el terreno militar.
Desde Estados Unidos, la propuesta plantea un formato tripartito con participación de Kiev, Washington y Moscú. Miami emerge así como un punto estratégico para explorar una salida negociada, mientras Ucrania insiste en garantías de seguridad duraderas y Rusia mantiene su ofensiva.
Además, la sede elegida refuerza el papel activo de la administración estadounidense en la búsqueda de un acuerdo, tras meses de contactos diplomáticos discretos y propuestas que generaron tensiones con aliados europeos.
Miami impulsa un formato tripartito de negociación
Zelensky explicó que Estados Unidos propuso conversaciones directas entre las tres partes, con la posible incorporación de delegados europeos tras evaluar los primeros resultados. Las reuniones comenzaron en Miami con la presencia de altos funcionarios estadounidenses, incluidos el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial Steve Witkoff.
Asimismo, el enviado ruso Kirill Dmitriev confirmó su llegada a Miami para integrarse a la ronda de diálogos. Moscú, sin embargo, reiteró que continuará sus operaciones militares y condicionó cualquier avance a concesiones de Ucrania y sus aliados.
Por otro lado, el negociador ucraniano Rustem Umerov informó que ya se definieron próximos pasos y que el equipo actúa bajo una prioridad clara: asegurar garantías de seguridad confiables y a largo plazo para Ucrania.
Aliados europeos y obstáculos clave del proceso
Representantes de Reino Unido, Francia y Alemania participan en las conversaciones, en un intento por equilibrar el peso europeo dentro del proceso.
Mientras tanto, persisten diferencias profundas. La posibilidad de cesión territorial enfrenta un rechazo amplio en Kiev, pese a que Washington insiste en que no impondrá condiciones sin el consentimiento ucraniano.
El contexto sigue siendo crítico. Rusia controla cerca del 19% del territorio ucraniano y ataques recientes dejaron víctimas civiles, un recordatorio de que el diálogo avanza en paralelo a una guerra activa.
